Último embalse receptor del río de los Sauces, contenido antes por el dique La Viña y esfumado después de Villa Dolores por su escaso caudal, Boca del Río propone un paisaje con flora y fauna autóctona, montaña a la vista, senderos, sombras frondosas y la posibilidad de practicar deportes náuticos sin motor.

Un murallón con compuertas flotantes inaugurado en 1957 es otro de sus atractivos. En la costa norte, se puede visitar el Camping Boca del Río, un parador recreo de día, que ofrece asadores, restaurante, juegos para niños, alquiler de botes y cancha de voley. Se cobra una entrada en general muy accesible

En la margen sur, se encuentra el complejo Tila Henen, que brinda al visitante asadores, quincho, botes y tres cabañas de alquiler. Tambien tiene un costo de ingreso
Turistas y lugareños se bañan, pescan y realizan tramos de nado en las apacibles aguas del dique.
“Podemos ofrecer muchas comodidades y servicios, pero aquí lo único importante en realidad es el paisaje, y el minuto mágico, que es esperado por todos”, dice Lina, propietaria de Tila Henen.
El llamado “minuto mágico” es un momento del atardecer donde las montañas reciben una gama de colores que oscilan entre los naranjas, lilas y ocres, formando una postal que deslumbra.

“Este lugar es increíble, cuando parece que el camino no llega a ningún lado, aparece este paisaje maravilloso; es un dibujito”, dice Carina Barrionuevo, llegada desde Mendoza.

“Conozco casi toda Córdoba, pero la belleza de este lugar es única, es tranquilo y se puede hacer de todo, ojalá se pavimente pronto el camino”, señala Jorge Bramajo, turista de Tigre, Buenos Aires.

El sinuoso camino de cinco kilómetros de tierra y piedras, que conduce desde el asfalto de Las Tapias hasta Boca del Río, se encuentra actualmente con trabajos y preparativos para la pavimentación. Se trata de una inversión de casi 17 millones de pesos prometida por la Provincia.